por Fran Ballesteros
¿Recordáis vuestros terrores infantiles? Muchos seguro que sí. Incluso ahora, pasados años desde entonces, puede que sonriáis por las intricadas historias creadas en nuestras mentes sobre criaturas que acechaban en los rincones oscuros de la casa, esperando el mejor momento para hincarnos el diente. Esos pasillos infinitos y oscuros pero indispensables para conseguir nuestro objetivo de ir a la cama. Esas salidas nocturnas al baño, que retrasábamos todo lo que nuestra vejiga nos permitiera, y que efectuábamos a la velocidad del rayo. Poco a poco los íbamos enfrentando, dejando parte de nuestra infancia por el camino. Crecíamos, y nuestros miedos tomaban derroteros algo más abstractos (o concretos, según cómo se quiera mirar).
En esencia, aunque con un payaso encantado de conocerse a sí mismo, de esto trata It (id, Andrés Muschietti, 2017). Y, sinceramente, es una de las propuestas de género más gratificante de los últimos años.